El Deporte en Cuba

01.08.2016 -

Aunque se trata de un pequeño archipiélago bañados por las playas Caribe, Cuba cuenta con una tradición deportiva considerable y una serie de logros importantes en este campo de la actividad humana. Tanto por los resultados obtenidos en competencias nacionales e internacionales, como por el sistema de centros de educación especializados y el estímulo de carácter masivo a las prácticas del deporte. E igualmente por el desarrollo de la medicina deportiva y de instituciones vinculadas con esta materia que contribuye a un mejor desempeño de los atletas. Mucho antes de la llegada de Cristóbal Colón a esta parte del mundo, los aborígenes practicaban una especie de deporte denominado Batos, en el cual dos equipos se enfrentaban por el dominio de una pelota, elaborada con resina vegetal y otros elementos naturales. Los jugadores debían impedir que la pelota llegara al suelo, golpeándola con todo el cuerpo, menos con las manos. Una especie de fútbol primitivo… Desde 1807 se comenzaron a hacer gestiones para incluir la práctica deportiva de la isla las actividades educacionales. Y a partir de este momento se comienza un movimiento lento hacia la incorporación de la educación física en la vida nacional, y décadas después, en 1874 se realiza el primer juego de baseball en Cuba (los cubanos le llaman al juego, simplemente, pelota), y en 1905 se juega el primer partido formal de basketball, aunque ya se venía jugando desde 1898, cuando se produce la intervención de Estados Unidos en la guerra cubana contra España por la independencia.

Con el advenimiento de la República, ocurrido en Mayo de 1902, se inicia el conteo de una nueva etapa de la historia del deporte en Cuba. En ese mismo año se establece de manera formal la obligatoriedad de la educación física en el sistema educativo del nuevo país, y comienzan a surgir en esas primeras décadas, instituciones dedicadas al deporte. En el periodo republicano que va casi con el siglo XX y pudiéramos enmarcarlo en dos etapas, se destacan nombres como el del esgrimista Ramón Fonst, que fue el primer latinoamericano en obtener importantes títulos en Juego Olímpicos en su especialidad. Conquistó cinco medallas de oro, una de plata y una de bronce en los juegos celebrados en París, Francia, en 1900, y en San Luis, Estados Unidos, en 1904. Su presencia en eventos de este tipo duró hasta los IV Juegos Panamericanos realizados en 1938, en Panamá. Los juegos de San Luis en 1904 contaron con un corredor cubano que no llegó a ganar presea alguna, pero es recordado aún en los dichos populares: el Andarín Carvajal. Félix de la Caridad Carvajal Soto, hombre muy pobre, quiso participar de ese evento en la carrera de fondo, pero no contaba con patrocinadores. Fue así que recorría La Habana en carreras de muestra, en las que solicitaba fondos para su viaje y competencia, que algunos logró, pero ya en medio de la carrera, a la que llegó a inscribirse a última hora, por el hambre acumulada, se detuvo a comer unas manzanas confiado en su enorme ventaja. Pero las manzanas, aquí también frutos del pecado, le ocasionaron unas diarreas fulminantes que le hicieron perder. Otro grande del deporte cubano fue el ajedrecista José Raúl Capablanca, que reveló su genio desde que contaba 4 años de edad. Se mantuvo invicto entre 1916 y 1924, hasta que en 1927 perdió con Alexander Aliejin, quien nunca le dio ocasión para la revancha. En el campo del boxeo, Cuba contó con Eligio Sardiñas, conocido como Kid Chocolate, quien en su condición de amateur nunca perdió una pelea en la isla y posteriormente alcanzó las coronas mundiales como ligero junior en 1931 y gallo en 1932. El deporte nacional, la pelota, tuvo entre sus glorias a Martin Dihigo, a quien se le considera el mejor y más completo de toda la historia de ese deporte en la isla y figura en los salones de la Fama de Estados unidos, México y Cuba.

Con la llegada al poder del Gobierno Revolucionario en 1959 la actividad deportiva cobró un auge y apoyo extraordinarios, que se ha visto reflejado en la cantidad de medallas y participaciones en juegos regionales, eventos internacionales de todo tipo y en las olimpiadas. Destacan por sus actuaciones atletas como Alberto Juantorena, que obtuvo medallas de oro en 400 y 800 metros en las olimpiadas de Montreal en 1976, y alcanzó el récord mundial en 1977 en 800 metros. Nunca antes ningún corredor había logrado tales hazañas. Actualmente Juantorena es vicepresidente del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, INDER, entidad que fue creada en 1961, y dio inicio a un amplio movimiento de creación de escuelas especializadas en todo el país para propiciar el desarrollo de un fuerte movimiento deportivo, que desde 1962 impidió las prácticas profesionales. Estas escuelas van desde las más elementales, para niños y jóvenes, hasta entidades de carácter universitario como el Instituto Superior de educación Física. Muchos sectores del país, igualmente, celebran juegos deportivos de diversas disciplinas a distintos niveles, lo que propicia una cantera inagotable de figuras. Y lo mismo ocurre con certámenes de varios deportes, aunque el más popular y masivo, y que mueve cada año las pasiones por los distintos equipos, es el Campeonato o Serie Nacional de pelota. Otros atletas que han alcanzado relieve mundial han sido María Caridad Colón, primera mujer en Latinoamérica en alcanzar un lauro olímpico en el lanzamiento de jabalina y cuya actuación en Olimpiada de Moscú 1980 constituyó un record olímpico; Javier Sotomayor, saltador de altura, que comenzó a cosechar records desde 1984 y en 1988 impuso record mundial en Salamanca, España; Ana Fidelia Colón, atleta del campo y pista, considerada la mejor de su especialidad en la historia deportiva cubana; Teófilo Stevenson, quien comenzó su carrera boxística en 1966, con solo 14 años de edad, y logró siempre primeros lugares en su peso en varias citas olímpicas y campeonatos mundiales. Todos ellos y otros muchos, hasta llegar al corredor con vallas Dayron Robles, y hasta los jóvenes que van obteniendo medallas en los Juegos de Londres 2012, completan una larga lista de esforzados atletas que a pesar de las limitaciones económicas cubanas surgidas en la década del 90 del pasado siglo, continúan dando prestigio y gloria al deporte de su país.

Autor: Rodolfo de la Fuente Editor: Héctor Danilo Pompa Dominique